Burbujas

26 ene 2011

Una de las cosas que más me gusta cuando llego a casa de mis padres es llenar la bañera de agua bien caliente y meterme en ella.

Me encanta la sensación de tumbarme y sumergir la cabeza en el agua. Sacar la nariz y cerrar los ojos.

Es como estar en una burbuja, no se escucha nada, solo mi respiración rítmica y como mi pecho se eleva y desciende con cada bocanada de aire que entra.


Te olvidas de todo, no hay sonidos externos, no hay pensamientos más que la sensación que estás viviendo. Estar minutos que pasan como segundos, disfrutar de ese instante.

Pero como todo tiene su final, y tarde o temprano has de salir de la burbuja. Al fin y al cabo el agua caliente se vuelve fría y, aunque hayas disfrutado de un gran momento, la realidad siempre te espera a fuera.

2 comentarios:

Juanma dijo...

Qué filosófico el post.

Fuera de esa burbuja tambien te esperan cosas buenas :P

Verónica Moon dijo...

Si que es verdad, yo ya hace mucho tiempo que no me meto en esa burbuja, todo se transforma siempre en una ducha rápida. Algún día de estos volveré a darme un baño como el que describes en el post.

Juanma tiene razón, hay muchas cosas buenas fuera de la burbuja ^^